Piernas Trenzadas

20:16 by Pike

El encargado toco la puerta del cuarto tres veces indicando que se había cumplido la hora. Maryté comenzó a vestirse, su perfume cítrico había vencido al tenue aroma del ambientador y ahora colmaba la pequeña habitación del residencial. El lugar era estrecho, el mobiliario parecía de utilería, justo lo necesario para un rato desechable, como si solo se viniera a ensayar encuentros, peleas o escenas de amor. Mi teléfono celular sonó de nuevo, tenia una computadora portátil para vender y un cliente en el comercial Chiriguano me esperaba, lo coloque en modo vibrador. El encuentro había sido fortuito, hacia ocho años que no veía a Maryté, desde la universidad justamente, cuando éramos compañeros y fuimos cortejos por un tiempo. Caminando un día por la calle me la encuentro a la salida de un café de estos del centro de la ciudad. Nos saludamos afectuosamente y quedamos en vernos de nuevo.


Maryté estaba radiante, la piel tersa, el cuerpo esculpido en un gimnasio, había adquirido el talante de una mujer madura y culta. El tiempo había hecho su trabajo. La desgracia fue que nos encontramos en momentos antagónicos de nuestras vidas. Yo estaba sumido en deudas, sin trabajo fijo, tramitando mí divorcio, con mi hijo de un año enfermo y su madre a punto de encarcelarme. Ni siquiera pude pagar un motel sino que acabamos metiéndonos casi a empujones, en un cuarto de dos por dos cerca de un mercado. Ahora que lo pienso, hubiera sido más digno un ascensor, oprimía el botón del piso diez y nos daba para un rato de pasión. Mas bien la personalidad respingada de Maryté acepto con humor la aventura. Para compensar, la bese con fruición, empecé desde el taco de su zapato.

Maryté se subía los pantalones, abotonaba su blusa, con la cadencia de una bailarina. Prendí un cigarro, me acerque a la ventana para expulsar el humo, en el reflejo observe mis cabellos desordenados y me pregunte en que momento había arruinado mi vida. No merecía estar con ella. Me perseguirían por un buen tiempo sus mordiscos, sus uñas clavadas en mi espalda, sus piernas trenzadas alrededor de mi cintura. Quizás era tarde para enamorarme de nuevo. No conversamos mucho, en cambio nuestros cuerpos platicaron sin vergüenza, se dijeron de todo.

Sentí el vibrador del celular en el bolsillo. Respondí la llamada con rapidez, indique que ya estaba de ida. Era muy probable que la portátil que tenia para vender fuese robada, pero necesitaba el dinero. Un amigo me la había dado para que la ofreciese con la promesa de una buena comisión. Maryté noto la preocupación en mi rostro. Esquive sus preguntas, no tenia por que estropear la cita con mis preocupaciones. Pague y salimos a la calle, el mundanal ruido de la céntrica avenida nos devolvió a la realidad. Eran poco menos de las tres de la tarde, Maryté se coloco unas gafas oscuras, pero antes me miro a los ojos y me dio un beso en la mejilla. La acompañe a tomar taxi, luego camine varias cuadras más y subí a un micro.

Santa Cruz, 20 de Marzo.

4 Comentarios, insultos, amenazas

4 comentarios:

Unknown dijo... @ 23 de marzo de 2009, 8:08

Hola Pike..

Que relato... esos momentos después de aquello que podría parecer eterno, qué efímero es en realidad el deseo.

Sobre Jorge Drexler, es un cantautor uruguayo... aqui te dejo un enlace para youtube!
http://www.youtube.com/watch?v=hZzsQd5ux08

Carita de Porcelana dijo... @ 23 de marzo de 2009, 19:16

Feo darse cuenta de lo finita que es la vida..pero bué..asi no más ha de ser.

Saludos

Anónimo dijo... @ 25 de marzo de 2009, 8:35

que emoción
que tensión
que desilución
y a seguir viviendo
es curioso cómo paréntesis en la vida como el descrito aquí, son los que marcan la vida, pese a su fugacidad.

magistral economía narrativa la suya, mi amigo

Pike dijo... @ 27 de marzo de 2009, 6:47

LA CHOLITA

Asi es el deseo, se va y nos deja su estela de recuerdos.


CARITA DE PORCELANA

La vida es mas corta de lo que uno piensa.


ANÓNIMO

Gracias por el piropo, se hace lo que se puede.

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