El Dia del Padre Apesta

11:59 by Pike

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Ser padre de familia apesta. Padre es el que pone los huevos, se revuelca con la aspirante a madre y si todo sale bien, se condena de por vida a proveer el sustento familiar. Ser padre significa, en teoría, creer a pie juntillas en el concepto “familia”, ser el portavoz oficial de la institución, ser un militante feroz de los valores morales. Nada para lo que la abyecta madre naturaleza nos preparo. Suficiente miseria es la de aceptar que nuestras noches mas vigorosas y fecundas la pasaremos con la misma mujer. Suficiente cojudez es las de ver crecer a tu hija adolescente y saber que sale con un cretino que cualquier rato te la devolverá preñada. Ser padre es volverse el ogro aburrido y mediocre que tiene que defecar dinero por montones cuando se lo piden.



Conforme los años pasan te crece la panza, se te cae el cabello y esperan que luzcas como un modelo de pasarela. La rutina te vuelve un ser insípido, gruñón y nauseabundo, proclive a un derrame cerebral. Claro, tarde o temprano te ponen los cuernos y con ello pasas al equipo de los verdaderos padres: aquellos que sufren en silencio su disfunción eréctil. Para tratar el problema asistís a una terapia en grupo, donde te encuentras, para tu consuelo, con un ejercito de perdedores igual que tu. Lo único que te hace escapar del rebaño, es saber que al final de la terapia, te espera una cita con un proctólogo. No vuelves, pues sabes que la estrechez de tu esfínter pagara por muchos días de amargura.


Ser el héroe de la familia no tiene nada de gracia. Apenas se puede con el trabajo diario, un pequeño cubículo donde llenas formularios a mano, desde el cual tenes que aguantar la verborrea de tu jefe todo el día. Llegas cansado a casa y ni el perro te saluda. Con el tiempo preferís quedarte en el trabajo, haciendo hora para irte de farra con los colegas.

Te esforzas dando los mejores ejemplos posibles: no eructas en la mesa, no alzas la voz, colaboras en los quehaceres de la casa y los hijos te salen fumadores, borrachos, llenos de piercings y tatuajes. Te preguntan porque no triunfaste en la vida y si alguna vez pensaste en rehacer tu vida con otra mujer. Simplemente te quedas callado, admitiendo interiormente lo sabroso que hubiera sido escaparte con la gordita montaraz que te atiende en la gasolinera.

Cuando intentas reafirmar algo de tu juventud perdida, comprándote una moto o vistiendo a la moda, te tildan de degenerado. Entonces alguien me podría explicar ¿qué carajo se puede celebrar? Si detrás de cada padre hay un hombre castrado, disminuido por completo en su masculinidad. Por eso he decidido celebrar protestando, vestido de mujer, travestido, a ver si se atreven a invitarme a cenar.


Santa Cruz, 17 de Marzo

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