La Titular y la Otra

13:35 by Pike

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Si me pongo a pensar, en realidad tengo dos mujeres en mi vida: la Titular y la Otra. La Titular es la madre de mis hijos, mi compañera y consejera. Con ella planeo los quehaceres de la casa, cuento con su ágil mente para mantener nuestro hogar en orden y funcional. La Titular me ha sacado de más de un apuro, sus pertinentes consejos y mirada acuciosa, me han ayudado a escalar en mi carrera profesional y a poder lidiar con los defectos de mi carácter. La Titular es una mujer práctica, no se pone celosa de cualquier cosa y es incapaz de armarme una escenita, así este de muy mal humor. Jamás me grita. Sabe cual es su lugar y escoge muy bien los momentos para que podamos discutir nuestras desavenencias. Lo que más admiro en ella, es la capacidad que tiene de poder batallar con su trabajo, los niños y yo. Por supuesto colaboro en todo lo necesario, pero la Titular a lo largo de los años, ha desarrollado la capacidad de armonizar adecuadamente los diferentes espacios que compartimos. Debe ser por eso que siempre encuentro una mesa bien servida, la camisa con la que asisto a las juntas perfectamente planchada y a nuestros hijos, limpios y recién vestidos. Esta constante dedicación ha tenido un precio, muchas veces la noto agotada y ni ganas hay para nuestros arrumacos.



Es cuado busco a la Otra. La Otra es mi amante furtiva. Tan solo mencionarla y la piel se me eriza. La Otra es una sombra que se desliza por una esquina. La Otra prende fuego al más gélido cubo de hielo. Con ella me tomo unas cervezas, conversamos sin tapujos y casi siempre acabamos devorándonos. Nada la aflige y se mofa de todo. Se regala entera para mí, no hay resquicio alguno en su cuerpo que mis besos no hayan palpado. Me llama a la oficina para hablarme suciedades, me envía correos con fotos suyas en poses extravagantes, es así de bellaca. Es una flor cuyos pétalos siempre están abiertos para mí. Nunca se cuando la volveré a ver, ni siquiera si la volveré a ver, así pues en nuestras citas nos atropellamos a besos, nos arrancamos la ropa, nos volvemos insaciables. Llevo bastante tiempo saliendo con la Otra, y siempre me pregunto como es que hace para mantenerme en vilo, en constante deseo de verla.

Pero la felicidad de mi vida es que la Titular y la Otra son la misma persona, calzan la misma piel. Mientras una trabaja conmigo, codo a codo, elaborando presupuestos, haciendo interminables listas de compras, la otra esta latente, ahí mismo, insinuándose todo el tiempo. Las confundo muchas veces y un beso que es un cariño, se convierte por descuido en provocación. A veces un simple roce en la cocina es suficiente para desencadenar una avalancha de besuqueos y agarrones. Ambas son impertinentes, una se mimetiza en la otra para confundirme. Se pisotean los roles, así que cuando empiezo a discutir con la dueña del hogar, la otra asoma a ver hasta donde llega mi paciencia. Mas de una vez la he tomado por el brazo molesta y aburrida y sin detenerme ante sus empujones enciendo su lado volátil. No pasa mucho tiempo, cuando ya estamos cruzando la indiscreción, desabrochando deseos, se suelta el cabello y no fue mas, me vuelvo loco.

Santa Cruz, 14 de Marzo

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