El Perdon

15:37 by Pike

Quienes me ven ahora, flaco y amarillento, no saben que antes era gordo y macizo. Disfrutaba de las comidas bien servidas, abundantes en carnes. Bebía cerveza con regularidad, gastaba dinero sin medida y no rendía cuentas a nadie.

Pero todo cambio cuando empezaron las pesadillas. Despertaba a media noche empapado en sudor y temblando, en la pesadilla perdía el control sobre mis manos y amotinadas intentaban estrangularme. A lo largo de varias semanas el mismo sueño aciago volvió a repetirse. Comencé a dormir mas tarde, darle vueltas a la cama, hasta que el insomnio comenzó a hacer mella en mi rutina. Cierta noche en el alba me acorde de Celso Urquidi, la humillación que sufrió y en la que participe quizás con mas encono.


Trabajo como encargado de almacén de una cadena de supermercados, mi oficio es delicado, pues debo hacer cuadrar aquello que entra al almacén con aquello que sale. Ni una brizna de polvo se escapa de ser inventariada. Tengo más de veinte personas bajo mi responsabilidad. La falta de sueño comenzó a afectarme pues no podía lidiar con mi carácter aburrido y de por si irritable y perdía la concentración con mucha facilidad.

Comencé a buscar ayudar. Un amigo me dio la receta de unas pastillas que por un tiempo me hicieron dormir como una piedra. Pero me levantaba zombi y perdía el control sobre mis actos. Mi madre no quiso recibirme, nuestra relación era muy difícil, siempre le eché la culpa de varios de mis fracasos y ella solo aparecía para cobrarme una antigua deuda sobre una casa en anticretico que nos repartimos mi padre y yo. Fue mi padre, justamente, el que me recomendó visitar un circulo de conocidos que practicaban cierta espiritualidad. Acabe yendo al lugar. Se reunían todos los jueves en un salón improvisado que de día funcionaba como tienda de decoraciones. La tienda era de uno de los miembros de la congregación.

Hable con varios antiguos de la congregación, cada uno en diferentes palabras me dijo lo mismo: “debes buscar el perdón de tus faltas”. Participe de las reuniones por un tiempo, me servía para distraerme y ganarme la indulgencia de algunos. Mi vida desordenada continuaba, gastaba mi dinero en costear borracheras con colegas y mujeres. Una noche llegue exhausto a mi departamento y me miro al espejo, enormes ojeras colgaban de mis pómulos, estaba canoso y por lo menos aparentaba diez años mas de los que en realidad tenia. Esa noche sufrí una revelación, lo que le sucedido a Celso Urquidi fue mi culpa, solo mía.

Ni bien despunto el sol intente ubicar a Celso Urquidi, necesitaba hablar con el. Pero era como si hubiese desaparecido de la ciudad. Me dieron datos contradictorios sobre su residencia y trabajo. Toque decenas de puertas buscándolo, en cada una de ellas deje una nota pidiendo me llamen si lo veían.

Intente rehacer mi vida con esmero, volví a asistir a la congregación, comencé a poner en practica ciertos valores, pero las pesadillas continuaban y me quedaba en vela esperando el teléfono suene.

Un día después del trabajo se me acerca un tipo alto de cabello lacio y rostro apacible y me dice que sabía de alguien que conocía el paradero de Celso Urquidi. Le hice caso, tome nota de la dirección y sin perder tiempo me fui a su encuentro. Era una noche fría, todo el día había estado lloviendo, y un fuerte viento del Sur se instalo en la ciudad. Recorrí las calles lodosas de un barrio más allá del Séptimo Anillo. Llegue a una casa humilde, techo de calamina y bardas sin revocar. A ambos lados de la casa solo había lotes baldíos, afuera un foco se balanceaba de un lado a otro. Una mujer de trenzas blancas y caminar lento salio a recibirme, se acerco y sin mayores trámites me dijo:

-Celso esta muerto.

Sus agrias palabras fueron la fuerza que soltó mi torrente interior. Pues llore desconsoladamente, arrase con mis lagrimas, cada una al caer, fue devolviéndome liviandad. Después de un rato, era un amasijo de arrugas, un palo de escoba con camisa.


Santa Cruz, 29 de Marzo.

2 Comentarios, insultos, amenazas

2 comentarios:

Amig@mi@ dijo... @ 30 de marzo de 2009, 1:51

Prometo volver,
estuve fuera 3 días y tengo mucho retraso, pero volveré ;)
Un abrazo

Cronopio dijo... @ 12 de abril de 2009, 15:39

amotinadas, brizna :)

si el personaje buscó alivio en lo espiritual, ¿por qué se consumió al no hallar -el cuerpo de- a su amigo?

¿acaso lo espiritual no trasciende la muerte?

¿porqué no pedirle perdón a Dios, a falta del agraviado? Al fin y al cabo, cuando actuamos en contra de alguien, primero estamos pecando contra Dios, y después contra nuestro prójimo.

etéreos y espirituales saludos

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