El Cielo Protector

6:16 by Pike

(En recuerdo de The Sheltering Sky de Paul Bowles)

Detuve el auto al borde de la calzada, Nathalia abrió la puerta con premura, saco la cabeza por encima del resto de su cuerpo y vomito todo el Fernet con coca que bebio. Regurgito como tres veces hasta que le pase varios pañuelos desechables. Eran como las cuatro de la mañana de un Martes en Equipetrol Norte. Baje de volumen la música, me estire con ambos brazos para ayudarla a recostarse. Nathalia no tenía por costumbre beber, aun así había resistido mas de dos botellas de Fernet. Lo primero que dijo cuando se repuso es que la iban a matar en su trabajo, pues tenía que presidir una junta, presentar cierto informe y todo ello iba suceder en el transcurso de las próximas seis horas. Le ofrecí llevarla a descansar, pero se negó. Me tomo la muñeca con firmeza y musito que necesitaba un rato de esparcimiento. Estaba cabreada del trabajo en la oficina.


Conocí a Nathalia en un curso de capacitación sobre atención al cliente. Desde el principio me pareció una chica jovial, emprendedora y muy metódica. Nunca me imaginaria que detrás de esa fachada de mujer independiente y ejecutiva a los treinta, se escondía alguien soberanamente sensible. Nathalia es delgada, de caderas anchas y cabello rizado, su mirada posee el don de la benevolencia. Siempre que te mira, sabes que esta dispuesta a escucharte.

Pero esa noche en Equipetrol el que la escucho fui yo. Nathalia se desahogo con parsimonia. Hablaba haciendo dibujos en el aire, se tomaba el cabello y lo colocaba de un lado y luego del otro. Prendió un cigarro luego prendio el siguiente. Cuando se dio cuenta que estaba cabeceando de sueño, me propuso una idea. Bajamos del auto y tomados de la mano, nos echamos en el asfalto. Al principio temí que un auto nos arrolle, pero al ver el entusiasmo de Nathalia, me cague en todo. A un lado de la jardinera, nos quedamos viendo las estrellas, acostados en medio de la avenida. El ejercicio de relajación consistía en mirar al cielo fijamente, hasta que este comenzase a mostrar un degrade de colores. Pero solo había oscuridad y estrellas titilando. La noche se puso fresca, el calor del asfalto nos mantuvo cómodos.

Y pensé: ¿Era acaso posible, mirando el cielo, escapar de las luces de neon, los bocinazos, los saludos fríos en los pasillos, la mirada ampollada de los indigentes, el caos del trafico, los discursos pomposos, las montañas de llantas usadas, las gigantografias multicolores, los edificios presuntuosos?

Si, por un instante el cielo protector nos mantuvo flotando en sus manos mientras contemplábamos su infinita majestuosidad. Mas de un guardia hacia su ronda y nos miraban con curiosidad, pasaban los autos y detenían la marcha como respetando nuestra postura zen. En mucho tiempo no me sentí tan conectado con algo como esa noche. Por un rato olvide mis problemas, el efecto debió ser el mismo en Nathalia pues cuando gire la mirada para observarla estaba sonriendo placidamente.

Santa Cruz, 27 de Marzo.

4 Comentarios, insultos, amenazas

4 comentarios:

complainer dijo... @ 27 de marzo de 2009, 6:49

Muy interesante tu blog!

pati dijo... @ 29 de marzo de 2009, 2:31

Esta noche me tumbaré en mi terraza para mirar al cielo, porque estoy segura de que sí es posible escapar de todo eso y de mucho más... y a mí me está haciendo mucha falta. El único detalle que cambiará en mi atrezzo será la sonrisa de esa otra persona. Pero siempre puedo poner un espejo y contemplar la mía ;)

Me han encantado todas y cada una de tus historias picantes. Enhorabuena.

Un saludo :)

Ronini dijo... @ 29 de marzo de 2009, 14:40

y esa sonrisa se quedara grabada en tu alma coronando sentimmientos y recuerdos que forman parte de un momento de esa noche de tu vida...
gracias por pasarte

Cronopio dijo... @ 12 de abril de 2009, 15:26

Querido Pike:

Me encanta el tema. En serio. Pero... ¿porqué no prescindir del primer párrafo? ¿porqué siempre tiene que haber trago en cantidades navegables para que algo mágico, arrebatador (y últimamente cualquier cosa) ocurra?

Suyo,

Cronopio
(al fin dejo de ser anónimo .)

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